lunes, 21 de mayo de 2012

COMIENDO SOPAS
En la década de los años 60, al acabar la jornada laboral, los hombres se iban a la cantina del pueblo en la que se hacían aquellos filandones, mientras la mujer de la casa se encargaba de los preparativos de la cena.
Cuenta que una madre mandó a su hijo pequeño a llamar al padre, una vez que las sopas de ajo (cena habitual) estaban en el barreño de barro; este se fue corriendo hasta la cantina y llegando hasta su padre le dijo asi:
-“Padre, dijo madre que vaigaras, que lla estaban las sopas hacídas”
A juzgar por la foto, la madre se cansó de esperar, sacó su barreño lleno de sopas para la calle, y en presencia de la vecina, dio cuenta de ellas.
Y es que sopas como las de antes ya no se comen en la actualidad en los hogares, y menos a la puerta de la casa encima de la acera.
Ahora con una pizza comprada en cualquier pizzería de la esquina o de la otra punta del barrio y una coca ligt, ya tenemos hecha la cena.
Si se puede llamar cena. ¡Ay, qué tiempos aquellos…!

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